Francés de origen polaco, de 54 años, Gilles Lipovetsky es autor de libros como La era del vacío y La tercera mujer, editados ambos por Anagrama. Es juzgado, tanto en Europa como en América, como uno de los mayores filósofos contemporáneos, pero no solamente como un intelectual absorbido por su trabajo académico sino como alguien que es capaz de descender de su torre de marfil y hablar con la gente común de igual a igual, toda vez que trata temas concretos como la moda, el consumo, la libertad, los excesos y otros temas similares.
Los Tiempos
Hipermodernos, su último libro editado en español, es una introducción
al pensamiento del autor, además contiene una entrevista con el mismo;
Gilles Lipovetsky retoma su itinerario intelectual, pero aporta un
elemento suplementario: lo 'posmoderno' ha llegado a su fin y hemos
pasado a la era 'hipermoderna'. Esta época se caracteriza por el
hiperconsumo y el individuo hipermoderno: el hiperconsumo absorbe e
integra cada vez más esferas de la vida social y empuja al individuo a
consumir para su satisfacción personal; el individuo hipermoderno,
aunque orientado hacia el hedonismo, siente la tensión que surge de
vivir en un mundo que se ha disociado de la tradición y afronta un
futuro incierto.
Este nuevo libro funciona como el resumen
puntual de los temas que han obsesionado al filósofo francés desde sus
primeros tiempos hasta ahora; El análisis del paso de la modernidad a la
hipermodernidad en las sociedades desarrolladas.
En 1983
publicó La era del vacío, un texto en el que ya están puestos los
cimientos de su visión de la sociedad actual. En dicho libro Lipovestsky
articula los conceptos que le han proporcionado una reputación
intelectual bien ganada: Destrucción de las estructuras colectivas de
sentido, hedonismo, consumismo, tensiones en los individuos y en la
sociedad civil, la seducción como forma de regulación social.
Para
Lipovetsky el desarrollo de la globalización y de la sociedad de
mercado ha producido en estos años nuevas formas de pobreza, marginación
y un considerable aumento de los temores e inquietudes a los que nos
enfrentamos los ciudadanos. Sin embargo, la sociedad hipermoderna no ha
supuesto la aniquilación de los valores. Al contrario, el hedonismo ya
no estimula tanto, la extrema derecha no ha tomado el poder y el
conjunto de la sociedad no ha caído en desviaciones xenófobas y
nacionalistas. La dinámica de la individualización personal no ha
supuesto que la democracia pierda firmeza o se aleje de sus principios
humanistas y plurales. Los derechos humanos siguen constituyendo uno de
los principios morales básicos de la democracia. La dinámica del
individualismo refuerza, en opinión de Lipovetsky, la identificación con
el otro. El culto al bienestar conduce, aunque parezca paradójico, a
que los individuos sean más sensibles al sufrimiento ajeno.
Y
sin embargo debo decir que a pesar de que la obra de Lipovesky es una de
las más apasionantes y certeras sobre la visión del consumo y la
construcción de identidades en este proceso de transformación de la
modernidad, que heredamos del siglo XIX; Pero la visión de Pilles
Lipovestky se puede circunscribir a la realidad de las sociedades
avanzadas, al primer mundo. Es triste afirmar que en nuestro país, lleno
de desigualdades y carencias de todo tipo, solo una minoría ilustrada,
podrían estar llamados para entrar a los nuevos tiempos hipermodernos.
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